20 julio 2005

Mi vida. 1985. Edith.



Ahora mismo estaba haciendo zapping, aburrido. De repente, paso por Telecinco. Operación Triunfo. No suelo ver mucho la tele, y menos estas cosas tan penosas. En la pantalla, una de las alumnas suelta lagrimitas mientras la profesora le conmina a que sea fuerte y triunfe. Patético.
Pero de pronto, doy un respingo. Esa voz. Esa cara. Tiene que ser... Edith!

Edith era amiga de Paloma, amiga de Luis. Paloma tocaba la guitarra eléctrica en el grupo de Edith, que se llamaba "Edith Puaff". Recuerdo el concierto de presentación del grupo, en un antro heavy de la calle de la Madera. Edith llevaba una camiseta amarilla de su grupo favorito, Devo. Para acabar tocaron su super-éxito, "hombre caramelo", mientras arrojaban caramelos al público.

Nos hicimos bastante amigos. Yo entonces disponía del viejo Seat 124 de mi madre, y a veces les ayudaba a cargar el (austero) equipo musical hasta el lugar donde actuaban.

Edith compartía un piso bastante grande, cerca del Manzanares, con dos chicos venezolanos. Los dos entendían. Uno de ellos, Gamal, era un tiarrón de uno noventa que me tiraba los tejos. Yo me dejaba querer, pero no era mi tipo.

El caso es que organizaron una fiesta en aquella casa, para celebrar un cumpleaños o algo así. Yo iba con Eduardo, al que acababa de conocer por Diego. Estaba Edith (reina de la fiesta). Estaba Luis (emperatriz). Estaba Gamal (papisa). Demasiadas testas coronadas. Había también en la fiesta un chico noruego y rubio como la cerveza. De pronto, se oyen unos gritos en la cocina: Luis y Edith se pelean por el amor del noruego (que está en la inopia y no se entera de nada). Edith le llama a Luis "maricón" y Luis le contesta con un "sudaca de mierda" que oye Gamal. Éste le propina un puñetazo a Luis. Le rompe la nariz y a continuación se produce un alboroto en el descansillo de la escalera. Se rompen cristales, Luis sale huyendo, se presenta la policía municipal, alertada por los vecinos. Eduardo y yo nos vamos en cuanto podemos. Acabamos en el Ras, con un grupo de refugiados de la fiesta entre los cuales está Jesús Ramos (un magnífico pintor que no sale en Google, que gran error de Google).

A partir de aquel día mi relación con Edith se enfrió bastante, más que nada porque era Luis quien servía de vínculo. Me la encontraba por ahí de vez en cuando, siempre encantadora. Sabía que seguía en el mundo de la música. Hace unos días me enteré de que actuaba en los Veranos de la Villa. Y verla hoy en OT me ha recordado aquellos días, tan locos, tan divertidos.

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