28 febrero 2005

Cartas - Octubre 1982


06/10/1982 – ...Si no me han hecho cabo primera es porque no les gusto y, dado su dudoso sentido estético, ético y psiquiátrico, es un favor que me han hecho... Veo que estás tope politizada. Como yo no veo la TV no tengo esos problemas, la psico-estética me resbala. Desde luego, ET resulta de más credibilidad que Landelino, pero Lande es mucho más guapo. Lo que me preocupa es que tengas esos sueños con Felipe González tocando el piano... Hoy hace un frío que pela y tengo refuerzo. Me temo que estoy a punto de agarrar el clásico catarro otoñal, escueto y rosa y huyendo de todo lo que es obvio. El futuro se presenta siniestro: hasta el día 15 tendré siete guardias. Del 17 al 26, maniobras en Zamora. Y después, la visita del Papa, que nos reportará alguna cosilla más, aparte de indulgencias plenarias y recortes purgatoriales.

14/10/1982 – Mañana es Santa Teresa, patrona de Intendencia, con lo que nos toca a Sanidad hacer todos los servicios, además de servir de camareros. Pero como no tengo malas conexiones, he sido invitado –vía Cosa Nostra- como agregado a la fiesta, así que no tendré ningún servicio, saldré del cuartel después de comer y tendré pase para volver a las 12 de la noche. También Xavier y Santi están invitados por la Logia P2. Me siento un poco el cardenal Marcinkus del Charro. Como no hay bien que por mal no venga, el capitán de Intendencia ha venido a la compañía y ha empezado a decretar cambios a su antojo. Se trata de cambiar el beige de las paredes por un tono azul clarito. Asimismo, se bajará la televisión a una altura menos visible, se moverán de sitio las taquillas y será todo mucho más incómodo y complicado. No cabe duda de que también ellos están POR EL CAMBIO.

25/10/1982 – PRIMA PUNTATA: ARRIVEDERCI, SALAMANCA. El domingo 17/10/1982, Alfredo y su expedición transamazónica parten por la carretera de Valladolid, a primera hora de la mañana. A los diez minutos se detiene el convoy: Un accidente entre un Peugeot portugués y un jeep del Grupo Logístico. Como resultado del accidente, dos fiambres y varios heridos. Uno de los fiambres es un cabo de la compañía de Transportes (vecinos nuestros). Aunque estábamos a 15 kms. de Salamanca y 85 de Valladolid y el sujeto aún respiraba, lo llevaron en la ambulancia militar (de la guerra de Corea) a Valladolid. Cosas. Palmó a los 20 kms. A eso de las tres de la tarde llegamos al bello paraje de Matabajas (o Matavacas, no lo tengo muy claro), en el término municipal de Villaverde de la Volpejera. Montamos las tiendas y el teniente me nombra ipso facto Armero en funciones. Me subo al camión con los cetmes y me pongo a vigilarlos para que no se escapen.

SECONDA PUNTATA: STA PIOVENDO, PORCO GOVERNO!! Y pasan horas y horas y días. Llueve a cántaros y hace frío y tengo fiebre. La comida es horrible y hay un 90% de gente con diarrea por unos panecillos preñaos en mal estado. Mi saco de dormir tiene la cremallera rota y la ventisca se cuela por los rotos del toldo del camión. Marcelino, el médico de Sevilla, me mima y me trae el desayuno a la cama y de vez en cuando un vaso de coñac (dicen que el alcohol no calienta, pero ta güeno). Aparte de bellotas y avispas, hay montones de generales. Todo es sumamente tonto..

TERZA PUNTATA: RITORNARE PRONTO AL CUARTELLETTO. Por fin, el viernes 22 el teniente me dispensa de mi labor de control y nos invita a todos a tomar una copa en la Cooperativa "Chinatown" –cuando lo único que nos apetece es acostarnos y dormir. El sábado hacemos el hatillo y nos ponemos en marcha rumbo al Charro. No problems y llego a casita a eso de las 19:00 h. Inmediatamente me arrojo a la ducha y me quito dos o tres kilos de porquería. Una hora más tarde estoy en la calle, encuentro a Xavier y a Santi en el Cristal y recupero mi contacto con la civilización.

CUARTA PUNTATA: NOTIZIE DAL CAPO ALFREDO. Hoy me ha llegado la carta certificada con las papeletas del voto. He rellenado los sobres con las correspondientes listas, los he cerrado y y ahora viajan caminito del colegio electoral. Por fin he votado al Movimiento Católico Español, que lleva de logotipo la cruz de Santiago y Cierraespaña. Para el Senado, a Cultura Natural y al Vértice Español de Reivindicación y Desarrollo Ecológico. Las últimas noticias de Charro Press informan que estaremos acuartelados miércoles, jueves y viernes, por lo menos.

28/10/1982 – VENCEREMOS!!! VIVA CULTURA NATURAL!!! Pasado el periodo electoral y en vista de que finalmente no hubo acuartelamiento, os escribo con más calma. Si no voy a Madrid es porque NO QUIERO, estoy HARTO de veros, os odiooo. Como en el Cuartel no se está en ningún sitio. Además, piensa en la cantidad de experiencias que tengo y en el mucho mundo que estoy conociendo (p.ej.: Villaverde de la Volpejera) COROLARIO: CACA, CULO, PEDO, PIS.

29/10/1982 – Hoy están en plan zombis: desolados, pensativos y apesadumbrados, pululan por el cuartel desfogando su desconcierto en las espaldas del primero que se les atraviesa. Juajua!... En cambio, los distinguidos miembros del Club rebosamos euforia, los ojos encendidos con chispitas triunfantes... ¡hemos ganao, hemos ganao, el equipo colorao!!!

27 febrero 2005

24 febrero 2005

Cartas - Septiembre 1982


02/09/1982 – (sigue la semana de arresto) – El caso es que estoy eufórico y sobrevuelo toda esta basura sin que sus efluvios me alcancen. Hoy han empezado a llegar los chivos. Da penita verlos, tan tristes, tan asustados. Destro de unos meses serán carroña.

Me acabo de comer otro bocadillo (de tortilla con jamón). Me doy cuenta de que este incesante llenar el estómago es puritita neurosis, pero que le vamos a hacer. Siguen llegando remesas de chivitos. Hay uno inmensamente grueso. Otro es rarito, dice ser psicólogo y profesor de inglés, pero a mi me parece que es del Opus.

03/09/1982 – Sigo más o menos contento, por la mañana me pongo la mejor de mis sonrisas, que consigo mantener por lo menos hasta media tarde. Entonces bajo al Club (la cantina, el Hogar del Soldado), me pido un refresco y leo "Cefalú" hasta la hora de retreta. Xavier siempre me trae cosas que no me hacen falta y se olvida de mis encargos. Como amigo es total, pero como ayuda de cámara, un desastre. Como es tradicional, esta noche ha habido diversión a costa de los chivos. A uno le han pintado la cara de rojo. Contra estos abusos, un grupo de ciudadanos concienciados estamos constituyendo el FAP (Frente Anti Puteo), pero de momento no es operativo y se ha escindido en dos facciones, la activa y la pasiva.

04/09/1982 – Estoy bien mientras estoy acompañado o haciendo algo. Pero cuando me da la abulia... Son ya 6 días dentro. Luego llega la noche, vuelve la basca de la calle y nos lo pasamos en grande haciendo el payaso hasta pasadas las 12. Ayer nos dedicamos a bailar la Conga por toda la compañía. Los pobres chivitos nos miraban con los ojos abiertos como platos. El psico está totalmente p’allá, como pensaba. Tiene una cara totalmente inexpresiva, no mueve un músculo y nunca se ríe. Cuando le intentan putear da grandes voces y amenaza con visitar al Tte. Coronel. Ayer se tiró hasta las tantas explicándoles a los bisas que tenían un "exceso de energía" y les puso a hacer flexiones. Bien merecido.

05/09/1982 – Bueno, ya se ha ido todo el mundo y me he quedado de cabo-cuartel. Xavier me ha traido El País. Encantador. Así me he enterado de que el invierno del 82 huye de las formas obvias, de los colores obvios, de todo lo que es fácil. Las formas son geométricas, los colores lagunares, verdes y azules profundos... en septiembre el tiempo se hizo escueto y rosa. Mientras tanto, PsychoKiller se dedica a cantar "Como brotes de olivo" al frente del coro espontáneo que ha formado con el cuartelero y dos o tres despistados. Enciendo la FM y suena la versión instrumental del "Don’t you want me". El horóscopo me asegura que estaré ocupado con mis relaciones familiares. También puedo sentirme más inclinado a quedarme en casa y recibir allí a mis amigos. Fantástico.

06/09/1982 – Es el último día!. Mañana, por fin saldré de mi larga reclusión. Veré gente por la calle, coches, tiendas, me pondré ropa limpia y cómoda. Cenaré algo ligero pero fresco y nutritivo. PsychoKiller se ha enrolado como monaguillo oficial del cuartel y se ha hecho amiguito del Páter. Dios los cría y ellos se juntan. Todo consiste en ver el lado chusco de las cosas porque en el fondo, éstos son unos humoristas. Por ejemplo, según la orden del día (pequeño panfleto cicloestilado que se lee por las noches en retreta), hoy tenemos para cenar "Lirios con tomate al natural". Nouvelle Cuisine, oiga...

22/09/1982 – Estoy en plena transformación. De mi anterior obsesión por divertirme y olvidar el Horror del cuartel, he pasado a un periodo de meditación, relajación y distanciamiento. Y en este momento de grave crisis en las conciencias y en la civilización occidental, tenemos que hacernos una serie de preguntas fundamentales: ¿Me licenciaré, como dicen, a primeros de Enero? ¿Cómo conseguir la felicidad sin engordar? ¿Conducía el coche Gracia o la princesa Estefanía? Resuelto el enigma que la Esfinge nos plantea, nuestro adorado teniente Rico nos sorprende una vez más con una simpática charla paternal en la que afirma –categóricamente- que no nos dan permisos de fin de semana porque (y esto es literal) "primero está Dios, después la Patria y luego, la Familia". Oh.

23 febrero 2005

Cartas - Julio / Agosto 1982


(A principios de julio disfruto de unos días de permiso en Madrid. Al regresar, me han nombrado cabo y se me complica la vida con un montón de servicios absurdos.)

21/07/1982 – Aquí estoy otra vez, hecho polvo y nunca mejor dicho: Mi primer servicio ha sido de cabo-policía (muy relacionado con el polvo y toda clase de basuras). Ayer no pude dormir en toda la noche. Al principio no tenía sueño. Después la gente empezó a gritar por no sé qué. Cuando finalmente me dormí, despertaron al cuarto imaginaria, que dormía en la parte inferior de mi litera. Y ya me desvelé hasta diana.

02/08/1982 – Creo que voy a escribir un libro de memorias, "Mi tropa y yo – Recuerdos de un Cabo Cuartel". Analizaré las interesantes relaciones de producción y explotación que enlazan al cabo cuarte, al suboficial de semana, al cuartelero y a la tropa en general. Estoy en conversaciones con Ingmar Bergman, que quiere hacer una versión cinematográfica para el Svenska Filminstitut. ¿Existe Dios o sólo hay un Coronel , Allá Arriba?

05/08/1982 – Ahora nos dedicamos a cantar, después de la siesta, el himno de la Caballería. Rima en –erte y en –aña, como la poesía que pensaba componer. Yo lo subtitulo "La Brigada del Vicio", más que nada por la estrofa: ...Tu deber y tu honor te lleva al sacrificio / Acepta con orgullo este servicio... que yo he transformado en: ...Tu deber y tu honor te llevan al suplicio / Acepta con orgullo tanto vicio... El caso es que ahora los viernes, antes de paseo tendremos que desfilar y cantar el himno. (...) En exclusiva, un documento extraordinario: Se trata de una instantánea del Apostol Santiago sobrevolando las instalaciones de nuestro cuartel.

22/08/1982 – Antes de ayer se licenciaron los del quinto llamamiento. Desde entonces ésto está mucho más tranquilo. No sé la razón, pero eran pura canalla. Me aburro dentro del cuartel, pero ahora también fuera. Cada vez me siento más torpe y paralizado. Son muchos meses ya a cuestas. He llegado a la conclusión de que esto de la mili es como "Dallas", con su JR, su Jock Ewing, etc... Mis amigos me recuerdan alternativamente a Bobby y a Sue Ellen: Están tontos o histéricos.

28/08/1982 – Mi aflicción no tiene consuelo posible. Más aún después de una guardia agotadora que trajo el corolario de una semanita de arresto. La cosa fue como sigue: Hallábame de mañanita en la puerta del cuartel mientras el otro cabo hacía el relevo. Una de mis obligaciones consistía en avisar al teniente de guardia si veía llegar a un Jefe, para que el teniente saliera y le dijera "hola". Bien, sucedió entonces lo inesperado: Acercóse un caballero alto, de pelo cano, con uniforme y una estrellita en su gorra. Un comandante. El niño que yo había puesto en la barrera para que me avisase de estos casos se quedó petrificado. Yo pensé que era un subteniente (también llevan una estrella, sólo que de cinco puntas). Cuando pude contarle las puntas a la estrella ya se había colado sin saludo oficial. Lo que vino a continuación es ocioso contarlo.

30/08/1982 – Hoy se ha muerto el Chanquete. ¡¡Dios es misericordioso!! – El sábado estuve en el Van Dyck viendo "Dersu Uzala". Va de unos rusos que hacen la mili en Mongolia y el capitán se hace amigo de un mongol que se dedica a cazar martas cibelinas. No sé más porque me quedé dormido.

31/08/1982 – Hoy me he comido, aparte del desayuno con churros, un bocata de atún, otro de tortilla de chorizo, miles de galletas con quesito dentro, media pastilla de chocolate... Sufro, pero todos son muy amables conmigo y me traen El País por la noche.

22 febrero 2005

Cartas - Junio 1982


04/06/1982 - ... He pasado a desempeñar un puesto de elevada responsabilidad en el glorioso e invicto gremio de Hostelería: Me dedico a hacerles la cama a los sargentos, brigadas y subtenientes y a abrirles la puerta cuando vuelven de sus nocturnas algarabías. No sé como llamar a esta película, "Las que tienen que servir" o "Portiere di notte ‘82"... (durante unas semanas me voy voluntario a trabajar en la residencia de suboficiales para no ser reclutado en las maniobras generales de aquel año).

14/06/1982 – Ahora soy recepcionista en la residencia de oficiales. Ya no hago camas y estoy contínuamente rodeado de estrellas, la Vía Láctea Condensada.

Hechos y dichos de la mili: "¿En qué se diferencian los protestantes de los católicos, mi teniente?" "En que los católicos somos católicos, apostólicos y ROMANOS y, en cambio, los protestantes son católicos, apostólicos y ALEMANES" – ab-so-lu-tamente verídico...

17/06/1982 – Como sin duda ya sabes, me encuentro de nuevo en el cuartel del Charro. ¿Cómo pudo pasar? He aquí una dramatización del suceso:

Primer Acto – Primera Escena (nella residenza degli officiali): Alfredo barre la escalera en el exterior de la Residencia. Arriba, en recepción, suena en Radio 3 Françoise Hardy, "Comment te diré adieu". Un individuo con uniforme de Teniente Coronel baja de un Land Rover del Ejército de Tierra (ET) y comienza a subir las escaleras.

Alfredo: "A la orden, mi Tte. Coronel!" (sigue barriendo)
Tte.Col.: "mmmm" (ininteligible) (sigue subiendo y entra en recepción)
Tte.Col.: "Dónde está el recepcionista? Es que no hay nadie?"
Alfredo (jadeando por haber subido corriendo las escaleras): "Soy yo, mi Tte. Col."
Tte. Col.: "Dónde está el Tte. Col. Fulano? Y el Tte. Col. Mengano?"
Alfredo: "No lo sé, mi Tte. Col; espere un momento que lo mire en el cuadrante, por favor..."
Tte. Col.: "Y por qué no me pide la identificación? Es que aquí nadie controla quién entra y sale?
Alfredo: "Como le he visto de uniforme y bajando de un Land Rover..."
Tte. Col.: "Pero podria haber sido uno de ETA, disfrazado!!!..."
Alfredo: "perdone, mi Tte. Col., es el segundo dia que estoy en la recepción..." (como vas a ser de ETA, gilipollas, con el careto de facha que tienes...)
Tte. Col.: "Quiero hablar con el jefe de esta residencia!" (Alfredo busca al teniente jefe de la residencia. El teniente jefe de la residencia, Tte. Vallejo, esta defecando y no puede salir del WC. Al fin sale y se presenta ante el Tte.Col.)

Segunda Escena (Nel salone della cantina degli officiali): Alfredo hace mutis por una puerta excusada; desde fuera, escucha la conversación:

Tte. Col: "Es Ud. un inútil, no sabe mandar, etc...!!!"
Tte.Vallejo: "Pe-perdone, mi Tte. Col., pe-perdone mi Tte. Col., pe-perdone, mi Tte. Col., pe-perdone, mi...."

Tercera Escena (Nella Recepcione)
Tte.Vallejo: "Es usted un in-inutil, un imbe-becil, un cre-cretino, etc..."
Alfredo: "Si, mi Tte., si, mi Tte., Si, mi Tte., etc..."
Segundo Acto – Primera Escena: Alfredo acaba de comer y sube a Recepción –sin ser su obligación- para ayudar y hacer méritos ante sus mandos. Han llegado unos oficiales de Madrid que quieren habitación. A dos de ellos se les asigna la habitación 203 y a otros dos la 205. La llave de la 205 no aparece . El cabo primera llama por teléfono al teniente Vallejo, por si la tiene él, pero no está en casa. Alfredo, mientras tanto, ha subido al segundo piso a enseñar la 203. Después va a buscarles unas toallas. Después baja y comienza a rellenar las fichas de inscripción. Suena el teléfono.

Teléfono: "Riiiiing!!, riiiing!!"
Alfredo: "Residencia de oficiales, digameeeé"
Tte. Vallejo: mmmmggggmmmiiimmmmejo"
Alfredo: "Perdone, no le entiendo..."
Tte. Vallejo: "mmgggamamamwwwooongggallejo"
Alfredo: "¿Quiere hablar con el Tte. Vallejo?"
Tte. Vallejo: "Queque sosoy el teteteteniente Vavallejo!!! Quíquiquién me ha llallallamado antes?
Alfredo: "No lo sé, mi tte., Espere un momento, que le paso con el cabo primera..."

La línea se corta en ese momento. El cabo primera y yo solucionamos el problema de la llave. Todo vuelve a la normalidad.

Segunda Escena: Entra el Teniente Vallejo como una Furia.

Tte. Vallejo: "Dónde está el que ha contestado antes al teteléfofofono?
Alfredo (con cara de Buster Keaton): "He sido yo, mi teniente"
Tte. Vallejo (milagrosamente restablecido de su inmemorial tartamudez): "¡¡¡Tu eres tonto, imbecil, etc...!!! ¡¡¡Coge ahora mismo el petate y vuélvete al cuartel!!!"
Alfredo (Casi aliviado): "A la orden, mi Teniente!"
Y así, queridos niños, fue como Alfredito volvió a cambiar de vida y de ambiente. La vida es un continuo cambio y todo pasa, nada permanece...

23/06/1982 – Gracias a los libros que compré voy superando esta ociosidad enorme que ahora atravieso. Porque llevamos unos días sin hacer nada de particular, salvo guardias y refuerzos, que también son ocasión propicia para la lectura... El otro día murió en la residencia de oficiales un Teniente Coronel. El hombre estaba viendo el partido España-Yugoslavia y le dio un infarto al señalar el árbitro un penalty. Ahora creo que hay justicia divina. Me he reconciliado con el foot ball.

25/06/1982 – Como ya sabeís, estoy a punto de recibir mis galoncitos rojos. Bueno, Hitler también empezó siendo cabo... Ayer fue el santo de Su Majestad y nos dieron fiesta todo el día. Como Marcelino (el médico de Sevilla que vive con el piso) está de maniobras y nos ha dejado el "dos caballos", nos fuimos a hacer turismo a Ledesma. Visitamos una iglesia medieval, un estanco, una tienda de ultramarinos donde compré un cenicero "Recuerdo de Ledesma" y un pub.

27/06/1982 – Hoy por ser el día de Our Lady of the Non-Stop Help, patrona de Sanidad, nos han dado un pequeño guateque en el cuartel. Creo que hoy es también el día internacional de Orgullo Gay y no sé muy bien cuales eran las secretas intenciones de nuestros mandos, siempre tan enigmáticos, al obligarnos festejar el día dentro del Charro. ¿Ha sido una fiesta o un castigo? ¿Esconde el subteniente bajo sus galones un espíritu sensible? Todo son preguntas, todo es misterio...

21 febrero 2005

Cartas - Mayo 1982

01/05/1982 – Hasta ayer por la noche no volvimos de las maniobras. Como aquello era el campo con toda su crudeza, no ha habido forma de comunicarme con el resto del mundo. He descargado muchos camiones de víveres y me he puesto muy moreno. Estoy entre Tarzán y el niño salvaje...

Lo peor es que mañana nos vamos otra vez al campo, a guardar unos depósitos de Campsa en las afueras, y hoy, fiesta internacional del trabajo y todo eso, hemos estado cargando camiones para la excursión.

03/05/1982 – Pues aquí estoy, a dos kms. de Salamanca, vigilando unos depósitos de Campsa y una central eléctrica. Hacemos guardias enormes, larguísimas, gigantescas. Duermo poco, como mal y el poco tiempo que teóricamente nos está reservado para el descanso me es arrebatado con las excusas más necias. Ayer, en el periodo de descanso nos pusieron a hacer gimnasia!!! Hace un tiempo horrible, calor durante el día y un frío espantoso por la noche. En fin, me muero de asco y de neurosis. Por no dejarnos, ya no nos dejan ni ducharnos...

10/05/1982 – Mi vida transcurre en la nada más absoluta. Ahora hemos cambiado de horarios y puestos: desde esta mañana me toca hacer tres horas de descanso y una de patrulla a lo largo de la vía del tren. Creo que con este plan podré dormir dos noches si y una no, que no está mal. El sábado y el domingo me harté de escuchar la FM y estoy al tanto de todo lo que en el mundo ocurre, aunque no pueda verlo. ¡Lo de las Malvinas resulta tan divertido!

14/05/1982 – Se dice que no nos vamos el domingo sino el miércoles. Se afirma que después de la presente movidita nos espera alguna otra. Se sabe que no más salgamos de aquí nos pondremos a hacer guardias en Tejares (polvorín situado en las afueras de Salamanca, guardado por un exiguo destacamento de artillería, unos pocos soldados de quienes se rumoreaba que practicaban sexo con sus cabras), y que será raro que nos den un permiso hasta principios de junio. En fin, todo depende del Mundial...

No patrullo gran cosa, me tumbo en la hierba, escucho la FM, hago crucigramas, hablo con mi compa, torturo hormiguitas... Por la tarde procuro ir a ducharme, me tomo un bocadillo, bebo cocacola. De vez en cuando pasa un tren: la gente nos saluda y nosotros agitamos nuestras gorras.

18/05/1982 – Hoy hemos vuelto al cuartel, después de tantos días de campo y playa. Y como recompensa, nos conceden el privilegio de hacer mañana guardia. Con ésto de la colaboración antiterrorista, no queda apenas gente en el cuartel y la vida es una tómbola donde siempre te toca un premio.

Cada dos por tres pasa un teniente al borde del colapso nervioso y empieza a chillar como un poseso. A eso se debe que esta carta esté escrita a trompicones.

Tuvimos terrible tormenta hace unos días, con bello despliegue de luz y sonido. ¿No será una señal del Cielo? Mira como al mismo Papa casi le apuñalan el día de Fátima... Mientras estábamos de camping, alguien encontró un muñeco roto; lo pusieron en un hueco de la tierra, cerca del cuerpo de guardia. Seguidamente empezaron a ponerle flores, adornos y chirimbolos. Un día apareció llorando lágrimas de sangre. Ahora se organizan romerías para verlo y todo el mundo lo llama "la virgen del Cuerpo de Guardia", MariCuerpo para los amigos...

21/05/1982 – Na’más llegar al cuartel, el sargento Gómez –un individuo extraño, tímido, retrógrado, blando- me preguntó si yo sabía hacer derivadas. Le dije que si y me dio un carpetón con ochenta problemas muy básicos, a nivel de BUP. Esto me está librando de limpiar cetmes o de montar tiendas...

Los mundiales tienen mucho que ver con mis permisos: resulta que mientras duren, el ejército sustituye a la policía y a la guardia civil en la vigilancia de ciertos sitios...

Lo de las Malvinas: Pues ya ves, a estas alturas, la posible conflagración es ya un hecho. Pero bueno, aun cuando uno sea pacifista y vea muy ridículo todo este asunto, no es algo que nos concierna y paso muy mucho. Mamá puede estar segura de que allí no nos llevan. A Campsa, quizás, a Vitigudino puede ser, pero ¡al hemisferio Sur!

25/05/1982 – Pues resulta que ayer tarde no salí de paseo. A las 17:45 me vestí. A las 18:00 me afeité. A las 18:15 bajé a formación para la cosa de la revista, el music hall. Y a las 18:20 estaba de nuevo en la compañía. Sucedió que de vez en cuando les entra la furia anti-capilar. Yo llevaba el pelo supercorto, pero reulta tan fácil decir: "Eh, tú, el alto!!"...
Hoy tampoco podré salir porque me ha tocado estar de cuartelero. La cosa consiste en figurar de portero a la entrada de la compañía y vocear cada vez que entra un mando, por ejemplo: llega el teniente y aparece por la puerta. Entonces yo digo con voz alta y clara: ¡¡¡Compañía, el teniente!!! Y todo el mundo se pone firmes y el teniente dice, adelante, adelante, muchachos...

18 febrero 2005

Salamanca, marzo 1982


Hace un frío de muerte cuando un desvencijado autocar me deposita en los alrededores de la plaza de toros. Son las seis de la mañana y hasta las diez no debo presentarme en el cuartel. Así que me encamino al centro de la ciudad buscando un bar. Me siento ridículo, vestido con el uniforme de paseo que me queda pequeño y cargado con treinta kilos de petate. No hay un puñetero bar abierto en toda Salamanca. De pronto, desemboco en la Plaza Mayor. Desierta. Excepto un fotógrafo, en el centro mismo del cuadrilátero, con su trípode y su cámara. Me parece una escena surralista, un poco como un cuadro de De Chirico.

A las diez me presento en el acuartelamiento "El Charro". Se trata de un feo conjunto de edificios grisáceos de estilo indeterminado al final de una de las mayores avenidas del ensanche. La Compañía de Sanidad, incluída en el Grupo Logístico, comparte barracón con la unidad de Intendencia. El sistema de incorporar soldados de 4 llamamientos distintos a lo largo del año tiene un efecto perverso: el orden jerárquico entre "bisabuelos", "abuelos", "padres" y "chivos", según la antigüedad en la incorporación a filas. Ahora yo soy un "puto chivo" y debo sufrir las novatadas que gastan los "bisas", sabiendo que dentro de unos meses podré vengarme en las carnes de mis chivos.

Los putos chivos entramos al despacho del Teniente Rico. Nos pide una sucinta autopresentación. Frente a mí, un chico muy alto, algo rellenito, moreno, con grandes ojos expresivos. Habla con fuerte acento catalán: "Me llamo Xavier, soy de un pueblo de Lérida y trabajo como técnico de máquinas de inyección de plástico". Es mi chico. Será mi amigote del alma durante 13 meses, una relación sin sexo pero casi matrimonial.

Cartas 1 - Marzo / Abril 1982

14/03/1982 – De momento no hago nada. Mis compas siguen con sus bromitas imbéciles (novatadas) y mis superiores con su imbecilidad congénita. Pierdo tanto el tiempo... Salamanca resulta preciosa, pero muy pequeña. Siempre te encuentras con la misma gente dando vueltas por los mismos sitios. Al final resulta deprimente. Ayer sábado me junté con un colega de la Policía Militar que ha resultado ser un espíritu exquisito, y nos fuimos a comer en plan lujo: 1.300 pesetas (Carísimo en 1982!), pero las berengenas rellenas gratinadas eran deliciosas y ¿qué decir del chuletón o de la cuajada con miel? Lo necesitaba psicológicamente.

Me he unido a otras seis criaturas de la compañía para alquilar un pisito cercano al cuartel. Tiene la clásica decoración coquetona kitsch, pero resulta muy agradable para pasar el fin de semana fuera del cuartel sin pasear agotadoramente por la Plaza Mayor, para vestirse de persona o para desinfectarse de vez en cuando.

Me imagino que te aburrirás una barbaridad. Te aseguro que yo también, y eso es lo más sorprendente de mi situación...


16/03/1982 – PROHIBE TERMINANTEMENTE a mamá que vaya por ahí mostrando la prueba de mi deshonor, la evidencia de la humillación que me impusieron. Y más aún teniendo en cuenta que he salido feo (vanitas vanitatis...) Me refiero a la foto de jura de bandera, que el fotógrafo cuartelario enviaba a traición al domicilio paterno de los reclutas con gran éxito comercial entre las madres.


22/03/1982 - ¿Qué hago? El imbécil, la mayor parte del tiempo: Friego suelos, quito el polvo y las telarañas, marco el paso, paso ligero, sigo con mi casco de la segunda guerra mundial que me queda grande y me da golpes en la cabeza cuando corro. Derecha arr, clases teóricas, hay un sólo Dios, una sóla Patria, una sóla Familia. Me visto de bonito y de feo, de granito, cuarzo, feldespato y mica, canto canciones de Vainica y de los 3 Sudamericanos, salgo de paseo, bebo moscatel en demasía, vuelvo ebrio al campo de concentración...

El pisito es en una barriada estilo San Blas pero en pequeño. Tiene salón comedor, 3 habitaciones, cuarto de baño, cocina y todas las comodidades de la vida moderna. Somos 7 a compartirlo, mayormente andaluces y catalanes. Es terrible, mis amigos son catalanes y se me están pegando unos giros rarísimos, por ejemplo: "¿qué hacen en el cine Van Dyck?" o "Tírame estas cartas al pasar por el buzón"

Los ratos buenos existen, pero sólo por comparación con los malos. Además, es frustrante que cuando te encuentras a gusto con la gente que te gusta, tengas que estar constantemente mirando al reloj, pensando que tienes que estar a las diez en el cuartel.


24/03/1982 – Acabo de tener una conferencia religiosa con el Pater (el capellán castrense), ese que parece del Opus, sobre el pecado y tal, y mañana tenemos confesión voluntariobligatoria, así que estoy preparando una lista de pecados espantosos para soltársela a nuestro Monty Cliff. Yo confieso...

Esto es tan sórdido, tan vulgar, tan aburrido...Si me vieras a las cinco de la mañana –si, cuando brilla ese gris inmaculado de ritmos gloriosos- con el traje de oso, las trinchas y un machete al cinto, paseándome entre bestias malolientes y roncantes... (describo una imaginaria, guardia nocturna en el interior de los barracones)

05/04/1982 – El lunes estuve montando tiendas de campaña y pasando frío. El martes poniendo y quitando dianas y desmontando tiendas de campaña y pasando frío. El miércoles, de garita en garita y nevando. El jueves, recogiendo papeles con un pincho en el campo. El viernes me dijeron que iba a ser cabo pero ya. ¿No te emociona tener un hermano militar de graduación?

En el Country Folk ya me conocen por mis rítmicos shows. Ayer –no te lo vas a creer- pusieron en mi honor discos de Depeche Mode y Spandau Ballet, y conocí a un individuo de la soldadesca que resultó ser de Madrid, habitual de Rockola y fan de Kraftwerk. Uau!

07/04/1982 – Lo de la nevada fue de lo menos Spandy que te puedas imaginar. A mí sólo me sugería las canciones más depres de Joy Division o el Regiment de Eno-Byrne. Pues si por la mañana la cosa resultó bonita, por la tarde ya se había deshelado y sólo quedaban un barro muy asqueroso y un frío increíble pero cierto. Por otra parte, ver nevar desde el cuerpo de guardia (un sitio horrible, la prolongación de los calabozos, con los presos chillando incoherencias por los ventanucos) no es lo ideal en plan contemplación de la naturaleza.

21/04/1982 – El domingo 25 me voy de maniobras (orquestales en la oscuridad) y vuelvo al siguiente domingo. Estaré en Vitigudino, o sea que figúrate el plan. Respecto a los rumores y conjeturas que supongo habreís escuchado sobre la utilización del ejército en la cosa antiterrorista, pues son ciertos a medias: Hay gente del cuartel que está haciendo guardias por las calles de Salamanca, pero eso es algo que no nos afecta a los sanitarios y logísticos.

Va a haber un concurso de poesía con motivo del día de las Fuerzas Armadas (30 de mayo, festividad de San Fernando). Al ganador se le conceden ocho días de permiso, así que estoy pensando en componer una oda, mayormente a base de endecasílabos rimados en "-erte" y "-aña"

15 febrero 2005

La Patria - Consideraciones

A mediados de febrero de 1982 he jurado bandera y disfruto de unos días de vacaciones en Madrid, a la espera de incorporarme a mi destino en Salamanca, Compañía de Sanidad (?) de la Brigada de Caballería Jarama. A estas alturas he descubierto varias cosas:

- La España profunda existe: El 80% de los soldaditos de reemplazo no son el tipo de gente con la que se suele cruzar un joven universitario madrileño, moderno y progresista. Quedo impresionado por el bajísimo nivel educativo de mis compañeros, cuyo mayor contacto con la civilización moderna es "Verano Azul". Muchos de estos chicos estaban deseando hacer la mili, era una manera de escapar de sus vidas.

- En el ejército, la tradición y las emociones mandan. La testosterona es un plus. Cualquier atisbo de inteligencia es reprimido. El resultado es un mundo kafkiano, cerrado en si mismo y autosuficiente, que se reproduce y reproduce en la conciencia de los soldados ciertos mecanismos mentales muy simples: fobias, prejuicios, obediencia.

- Cae un mito gay: Esas fantasías porno-gais de soldados montándoselo en plan salvaje no tienen nada que ver con la realidad. No sé si es el bromuro, el agotamiento físico o la depresión, pero el caso es que pierdo totalmente el deseo mientras estoy en recintos militares -aunque lo recupero rápidamente en cuanto vuelvo a Madrid.

- El terrible estrés de la vida militar, producido por el obligado cumplimiento de un estricto protocolo, te lleva a un estado de hipersensibilidad. Pasas de la risa al llanto en segundos, te indignas, odias, amas, enloqueces, con una intensidad inusitada. Sin duda era ésta la razón de tantos suicidios en la mili.

- El alcohol es el rey. El único recinto recreativo al alcance de los soldados: La Cantina. Es casi seguro que no habrá biblioteca, puede no haber instalaciones deportivas, pero en cada unidad hay siempre un bar que vende licores baratos. Ésto es así hasta el punto de que cuando hay maniobras, el primer vehículo de Intendencia que debe llegar al campamento y abrir sus instalaciones es el que llaman "la vietnamita": el bar.

Y a partir de aquí, en los siguientes posts me limitaré a reproducir párrafos de las cartas que durante la mili envié a mi hermana, con algunos comentarios de ahora en cursiva.

14 febrero 2005

La Patria. Enero-Febrero 1982

Llegamos al campamento. Nos distribuyen en compañías y nos numeran. Por azar, me toca ser el número uno de la compañía 33, el uno de la treintaytres. Parece muy gracioso, pero resulta ser un incordio, porque con mi estatura –que automáticamente me adjudica un lugar en la primera fila de las formaciones- y ese número, todo el mundo me conoce y es imposible escaquearse.

Los chicos que he conocido en el tren serán mis amigos durante las siguientes semanas, pero luego perderé el contacto con ellos, pues son destinados a diferentes ciudades. Una lástima.

Aprendo el significado de la palabra "escaqueo". Aprendo a desfilar marcando el paso, llevando el ritmo, como en una peli de Busby Berkeley. Aprendo el correcto uso del uniforme y los nombres de las prendas que lo componen: Trinchas, braga, chupita, tres cuartos, uniforme de bonito, de granito, kaki y verde-otan. Aprendo las distintas graduaciones y escalas de mando del ejército con sus galones y distintivos. Aprendo el significado de las siglas CETME (yo creía que era algo así como la marca ACME). Aprendo que estamos allí para salvar a la Patria del "enemigo". Todo es puro surrealismo.

Cada viernes, salen unas listas con los nombres de los que disfrutarán de un permiso de fin de semana. Me doy cuenta de que soy un privilegiado: mi dinero me permite pagar esos traslados, mientras que muchos chicos se quedan en aquella cochambre simplemente porque no pueden costearse el autocar. Sin hablar de los isleños, siempre ateridos de frío y tan lejos de sus casas.

Cae una terrible nevada, los termómetros alcanzan los 12 bajo cero, las cañerías se congelan, la calefacción no existe y las ventanas de los barracones están rotas. Duermo con el jersey azul de mi tía Angela puesto, pero agarro una gripe considerable.

Nos llevan a prácticas de tiro. Primero lanzamos granadas. Cuando me llega el turno, la granada cae tan cerca que todo el mundo se arroja al suelo. Bronca del oficial: "¿Es que en tu pueblo nunca vas a tirar piedras?" Intento explicar que en el centro de Madrid no es fácil ese tipo de actividades lúdicas. Luego viene el tiro con el fusil de asalto cetme. Eso no se me da mal, pero nadie me advierte de que debo abrir la boca al disparar y al primer tiro siento un terrible dolor en el oído y un pitido que no desaparece en una semana. De resultas de ésto, pierdo permanentemente el 80% de la capacidad auditiva en el oído izquierdo.

Pero no digo nada, porque la jura de bandera está cercana y si declaras alguna enfermedad no juras bandera hasta el siguiente turno, lo que supone alargar la mili un mes.
Y por fin llega el gran día. Todo lo que hemos hecho durante esos 40 días ha tenido un objetivo: Sincronización perfecta de masas en movimiento para proporcionar un bello espectáculo a las autoridades y pueblo llano en la Jura de Bandera. Mi familia ha intentado buscarme algún enchufe para el destino post-campamento –que será Salamanca-, pero no tenemos mucho contacto con militares y lo más que han conseguido son unas entradas vip para el Acto. Vienen a verme mis padres, mi hermana y mi tía Carmen, la hermana de mi padre.

El show concluye con un inflamado discurso del coronel al mando del CIR, en el que apela a los soldados a defender a nuestras madres y hermanas (del enemigo) y solicita a éstas la procreación de muchos hijos que defiendan la Patria. Mi hermana, que atraviesa una fase feminista radical, suelta tantos bufidos y exabruptos que es reconvenida por el público vip (mayormente militares y sus familias). Cuando acaba todo, me reúno con mi familia y esta vez mi padre se porta: esa noche dormimos en León, en el hostal de San Marcos. Me doy un baño de dos horas en la bañera de mármol. Poderío.

11 febrero 2005

La Patria. Enero-febrero 1982


Un lluvioso día de enero me convocan en un cuartel de Campamento para recoger el "petate". Me acompañan mis padres en el viejo 124. La convocatoria es a una hora intempestiva de la mañana y cuando llegamos es aún de noche. En las destartaladas calles que rodean al cuartel se ven otros coches con gente dentro, aguardando lo mismo. Se abren las puertas y empezamos a pasar. Hay unas listas, te llaman por el nombre, firmas un recibo y te entregan un enorme saco verde, el petate, donde se supone que puedes llevar tu equipaje al destino militar que te ha tocado. Que en mi caso es el Centro de Instrucción de Reclutas (C.I.R.) de El Ferral del Bernesga, a unos 20 kilómetros de León.
Cuando salgo, ya con mi petate, me cruzo con una cara conocida: es un chico con el que coincidía siempre en el autobús Circular cuando iba al Ramiro. Después había estudiado también Económicas en la Autónoma, pero nunca habíamos hablado. Siempre me había parecido ideal: Alto, guapo, elegante, simpático... Aunque se le ve tan perdido como los demás, me reconoce y me saluda.

Días después, estoy en la estación de Chamartín para tomar el tren que me llevará al CIR. Mi madre se ha empeñado en rellenar el petate con todo tipo de previsoras provisiones. Ropa interior de Damart Thermolactyl, embutidos diversos, tubos de leche condensada La Lechera... Así que pesa muchísimo. Visto unos viejos vaqueros Levi’s, un grueso suéter azul marino que me hizo mi tía Angela, chubasquero deportivo Karhu y botas de Segarra (alguien me dijo que lo mejor para evitar ampollas en los pies era usar botas de Segarra desde unos meses antes de la mili, y nunca una recomendación fue más acertada).

Yo había imaginado la escena en blanco y negro, con altavoces dando instrucciones en alemán (Achtung, achtung!!), vagones de mercancías atiborrados de chicos delgadísimos y banda sonora de Gustav Mahler. Nada que ver: Brillan los colores más radiantes al sol de enero. El tren es un cercanías igualito al que uso habitualmente para ir a la universidad. Y aparece el chico ideal del Circular, que se viene conmigo de campamento.

Durante el larguísimo trayecto, unas ocho horas, nos contamos nuestras vidas. Le llaman Tano, tiene mi edad, vive en Doctor Esquerdo con sus padres y estudió en el colegio Maravillas, por eso cogía el Circular, claro. Lo malo es que tiene novia formal y esta enamoradísimo.

Hay otro chico en el vagón que me llama la atención. Está sentado sólo, leyendo un libro muy grande con ilustraciones de Dalí. Es de estatura mediana, complexión fuerte, un poco calvo. Y tiene una de esas caras que sugieren experiencia, sufrimiento sobrellevado, sacrificio. Casi al final del viaje hace pandi con nosotros. Le llaman Boris, estudia medicina y es un encanto. Cuando llegamos al campamento somos los tres superamiguetes.
Aunque se me han borrado todos los comentarios que tenía, ahora yo también tengo el jaloscan, ¡¡ hale !!

10 febrero 2005

La Patria. Prólogo necesario. 23/02/1981

Una de las causas de mi terror a la mili era, sin duda, la situación política y el constante ruido de sables. La tarde del 23 de febrero de 1981 yo estaba en la facultad, en clase de Sociología. Entró uno de los chicos que hacía el doctorado y nos dijo que estaba escuchando en la radio la votación de investidura y que había aparecido un guardia civil pegando tiros. Nos pareció surrealista y nos echamos a reir. No obstante, el profesor dió por terminada su clase y nos aconsejó volver a casa. Aquella tarde una de mis compañeras estrenaba coche -un 850 cascadísimo de tercera mano- y carnet de conducir. Se ofreció a llevarme hasta Madrid y yo, que siempre he tenido tendencias suicidas, acepté. El caso es que nos montamos, conecté la radio para saber que había pasado y... ¡Sólo había música clásica y marchas militares! El mosqueo fue total. Según entrábamos en Madrid por la carretera de Colmenar, el tráfico se hacía denso e histérico y al llegar a Plaza Castilla todo era un inmenso atasco. Conseguí llegar a casa sobre las ocho y media. Mi madre, mi hermana y nuestra vecina Toñi se tomaban unas tilas. Y en ésto llegó mi padre con su histórico "¡Ya era hora!". Pero al día siguiente, todo se arregló. O eso parecía.
El caso es que las cosas no estuvieron nada claras hasta que los sociatas llegaron al poder. A principios de 1982 el gobierno de UCD se desmoronaba por todas partes. Al 23-F se añadía el caso del aceite de colza. Los militares seguían levantiscos, la extrema derecha convocaba sus 20 enes con toda tranquilidad. ETA seguía jodiendo.
En este ambiente, hacer la mili era arriesgarte a que te sacaran a la calle encima de un tanque a pegar tiros, o que te fusilaran por negarte a pegar tiros. Y yo nunca he sido un héroe.
Aparte de ésto y como reflexión personal sobre un tema histórico, tengo la impresión de que hubo muy pocos héroes en aquellos días. El 23 de febrero la gente no se echó a la calle para defender la democracia y sus representantes legalmente elegidos. La gente se encerró en casita a ver que decían en la tele. O salió corriendo por si acaso. Y es un tema que me cabrea repetir a los jóvenes que no lo vivieron y ahora van de republicanos: Si hubo alguien que nos salvó, ese fue sin duda el ciudadano Borbón. Porque vamos a ver: ¿a quién hacían caso los tenientes generales en cada Gobierno Militar, a las "masas" que habían tomado la calle, a una provisional junta de subsecretarios que encarnaba esa noche la legalidad del Ejecutivo, o más bien al rey, en su faceta de Capitán General? En mi modesta opinión, fue gracias a la Monarquía, que se salvó la República.

09 febrero 2005

La Patria y yo - Prólogo II (1981)

Es primavera de 1981 y se acerca el momento de la verdad: Ya no puedo seguir pidiendo prórrogas de estudios, este año cumplo 23 y a principios de 1982 tendré que hacer la mili. Entonces, mi padre plantea el problema: Es necesaria YA la eternamente aplazada operación de fimosis. Por una parte me aterra, por otra estoy deseando poder descapullar de una puñetera vez.
El día fijado me presento en el hospital de S. Francisco de Asís (C/ Joaquín Costa). Me desnudo, me ponen una ridícula bata verde de las que se atan por detrás y paso al quirófano. Uno de los ATS está buenorro y con los nervios, me empalmo (bendita juventud). La enfermera, al ver mi estado, procede a anularlo mediante los reglamentarios golpecitos de regleta. Una experta. Me tumbo en la mesa de operaciones y me ponen anestesia local. Aquí tengo que aclarar que la anestesia local me la tienen que poner en dosis de caballo para que surta efecto. Y no es el caso. Al primer corte, grito de dolor, pero cuando llega la labor de costura y reconstrucción, mi aullido es incontenible, llanto y crujir de dientes. La enfermera se apiada de mí, me pone la mascarilla y me cuenta un chiste verde (que desgraciadamente no recuerdo). La combinación de oxigenoterapia y sal gorda me produce un estúpido ataque de risa. Así que ya no sé si estoy riendo o llorando cuando salgo de allí por mi propio pie, con la cosa vendada y un pellejito menos
La convalecencia resulta lo peor. Durante más de un mes, sufro lo indecible cada vez que hago pis. Y ni te cuento lo que pasa cuando el natural vigor de la juventud me provoca una erección. Finalmente, con muchas precauciones y tras un largo periodo de abstinencia, consigo una masturbación medianamente satisfactoria. Este triunfo no calma mis ardores y una noche decido salir de ligoteo. Con éxito inmediato: un morenazo granadino de 8 grados en la escala de Richter me lleva a su casa y... ¡me hace un hombre!.
Al día siguiente tengo mis partes doloridas y un tremendo resacón, pero me siento un superhéroe, dispuesto a arrasar doquiera la Patria me envíe.

La Patria y yo - Prólogo I (1979)

Un mal día de 1979 recibo una carta del ayuntamiento. Debo presentarme en las oficinas municipales del Paseo del Prado para ser tallado como mozo del correspondiente reemplazo. Lo de ser "mozo" me hace mucha ilusión. El día señalado me presento allí con mis Abanderado bien puestos y procedo a rellenar formularios. En uno de ellos se me inquiere acerca de la religión que profeso. Dejo la casilla en blanco, alejando de mí la tentación de poner "pagano" o, mejor, "zoroastrista monofisita de culto siriaco". Me tallan (asombrándose de mi elevada estatura) y presento los impresos cumplimentados a la señorita funcionaria. Ésta, rubia teñida de cincuentaytantos y cara de mala digestión, repasa lo escrito con ojos expertos. De pronto, estalla: ¿Y religión, qué?... ¿Por qué no os da la gana de poner la religión?... A ver... ¿Tú estás bautizado?
Yo pienso un momento en la posibilidad de hacer valer mi recien adquirido derecho constitucional a no ser preguntado sobre ciertos temas, pero me atengo a lo práctico y respondo que si, claro, como todo quisqui. Entonces ella escribe con grandes letras en mi ficha:
C. A. R.
- y éso, ¿qué quiere decir?, pregunto.
- CATOLICO, APOSTOLICO Y ROMANO... Pues faltaría más...

07 febrero 2005

1979/1985 - la movida que ¿nunca existió?

Después de mis notas anteriores, creo que es casi obligado hacer unos breves comentarios sobre la famosa movida madrileña de los ochenta. Que realmente empezó en 1979, con las primeras fiestas en El Sol, la revista Dezine, Pepi, Lucy y Bom, Onda 2, las primitivas Costus...

¿qué fue la movida? - Desde luego, no era un movimiento de masas. La cosa empezó como una suma de casualidades: A finales de los setenta hay unos cuantos niños bien que entienden como burras, viajan a Londres, están a la última, rechazan el franquismo y lo carca, pero no soportan la aburrida estética progre de la época: cantautores, trenkas y barbas. Y se juntan con gente poco recomendable: camellos, chaperos, petardas proletarias de barriada. Esta gente se conoce, va a los mismos sitios: hay una promiscuidad muy grande, y no sólo en el sexo. Todos quieren ser estrellas del rock and roll. Al principio son sólo un rumor en boca de minorías, pero pronto aparecen en los medios y se convierten en "the talk of the town". Madrid hace bandera de esta gente, un poco por oposición a Barcelona, la eterna rival y ciudad moderna por excelencia hasta ese momento. Y al generalizarse, se oficializa, y al oficializarse, la movida se muere, porque se contamina con otras cosas no tan modernas, no tan divertidas, no tan elitistas. Los políticos intentan sacar provecho: Tierno Galván y su "colocaos y al loro". Por Dios, ¡¡qué vergüenza ajena!!

Finalmente, a mediados de los 80, cuando ha triunfado la estética que proclamaban, cuando ya está la moda juvenil en todos los escaparates, llega la agonía. El sida y el aburimiento han causado estragos. Paloma Chamorro oficia los funerales en el histórico concierto de los Smiths (fiestas de San Isidro 1985) en el paseo de Camoens: 200.000 madrileños de todas las edades y condiciones se rinden ante el desgarro tremebundo de un Morrisey más mariquita que nunca.

La movida ha muerto, viva el Gay Pride.

02 febrero 2005

1980 / 1981

Ataque de nostalgia al recordar esos años. Mi primera incursión en Chueca. Mi primer concierto en el Sol. Rockola. Las primeras pelis de Almodóvar. Aplauso y la Juventud Baila. El 23-F. Si, soy un chico de los ochenta –nada que ver con la deleznable serie de tele5, pero indudablemente me tengo que identificar con la década que viví con intensidad de veinteañero. En 1980 nadie había oido hablar del sida y Madrid hervía a presión un cocidito de sex and drugs and rock’n’roll.
Mi nuevo trabajo de fin de semana en los distinguidos salones de la cadena "Lord Winston" me proporcionaba una pasta gansa, que dilapidaba en gran parte en salir por ahí. El trabajo era pesado pero divertido. Consistía en hacer muchas tomas de la mesa principal con los novios, los padrinos, etc., y después hacer un recorrido minucioso por cada una de las mesas para sacar al tío Nicasio y a la prima Puri. La cinta terminaba siempre con la bajada de la tarta nupcial con música de Star Wars y los novios bailando los pajaritos. Sacábamos de 7 a 10 bodas por fin de semana y a mi me pagaban a 3.000 pelas por boda, o sea que me juntaba unos 20.000 duros al mes, que en aquella época eran una fortuna.
En la universidad hacía ya los últimos cursos, en la especialidad de sociología, muy bonita pero "con pocas salidas". Poco me importaba, pues no me veía opositando ni de ejecutivo. En realidad no me veía de ninguna manera, prefería vivir al día disfrutando ese periodo mágico. Escribía, dibujaba, escuchaba mucha música –Radio España Onda 2, Radio 3, Radio Juventud- leía poco, muchos comics y revistas sobre todo. Iba al cine asiduamente, con Miguelón (toda la serie B de ciencia ficción, The Rocky Horror Picture Show, El fantasma del Paraíso), con Jose Antonio (Wim Wenders, Herzog, mucho arte y ensayo) y con Jose Pablo (desde ET a Saló pasando por Woody Allen).
Una noche de julio de 1980 me armé de valor y me interné en los antros de Chueca. Hay que señalar que lo de antros no era entonces una metáfora, sino algo muy real. Concretamente empecé por lo más heavy, el auténtico y original Leather de la calle Pelayo. Creo que no estaba donde ahora está el New Leather sino un poco más hacia Augusto Figueroa, a la altura del Eagle. En realidad era un local dividido: la planta a nivel de calle seguía siendo un puticlú, mientras que el sótano era de mariconeo puro y duro. Fue llegar y besar el santo: conocí a Roberto, un chileno de mi edad que estaba como un pan. Aparte de guapo, era inteligente y simpático. Me llevó a tomar una copa al Ras, que acababan de inaugurar en la calle Barbieri. Fue un descubrimiento: diseño avanzado, excelente música y ambiente mixto-moderno predominando lo gay.
Otros antros de la época eran el Topxi (también llamado el Tomas, por el rápido acoso del camarero que te decía nada mas entrar: ¿qué tomas?), el LL (que había sido un cafetín hippie, el Sapo Verde), donde ponían pelis porno en super-8, el Catacumbas (ahora es una sauna, entonces era reducto de chaperos) y algo más tarde, el Cross y el Cruising.
Fuera de Chueca, mi local favorito era O’Clock, la disco más moderna del universo, totalmente gay y en pleno barrio de Salamanca (calle Hermosilla). Con pantalla gigante de vídeo, bolas de espejos, buena música y constante afluencia de guapos y famosillos.