15 marzo 2006

Haciendo amigos


Estoy preocupado. Observo la labor de oposición del Partido Popular, la tónica general de comportamiento en los últimos dos años de las personas, instituciones y círculos afines a los conservadores. Y me da miedo. Porque parece que no tienen el más mínimo interés en ganar las próximas elecciones generales, ni en volver a La Moncloa por la vía democrática. Se parecen más y más a aquellos grupos trostkistas de mi juventud, los partidarios del "cuanto peor, mejor", los ansiosos de la Revolución de Octubre que les catapultara al Poder.

Es sabido que para llegar a gobernar España, un partido en la oposición debe alcanzar una mayoría parlamentaria suficiente. Hay varios caminos: Uno es moderar el tono de lo que se dice adoptando una imagen de centro, intentar satisfacer a amplios sectores de la sociedad con un programa atractivo y destacar los posibles excesos del partido en el gobierno. Otro consiste en aproximarse a otros partidos menores de oposición: Ésto permite establecer una dialéctica común de acoso al gobierno y contar con probables aliados parlamentarios en caso de no lograr la mayoría absoluta. Tanto el PSOE como el PP han utilizado históricamente estas estrategias, combinándolas en distinta medida para lograr su objetivo.
Pues bien, nada de ésto se aprecia en la actual oposición política de los populares y sus allegados. Nada de ideas o programas, ningún acuerdo con otros grupos. Tan sólo la machacona obsesión por el insulto, la siembra de dudas infamantes sobre las instituciones del Estado, la aburrida repetición de exageraciones acerca de la labor gubernamental.
Y mientras tanto, van haciendo amigos: boicot a "los catalanes" (así, en general, a lo bestia, cuando hay tanto que criticar a los nacionalistas y tanto que agradecer a la moderación general del pueblo catalán). Leña a los homosexuales, el famoso "lobby gay" que ahora domina España desde despampanantes lofts de diseño para acabar con la familia y conducir a la hoguera a miles de mártires cristianos. Nada de legalizar emigrantes: están muchísimo mejor sin papeles, que en cuanto son legales te piden un aumento de sueldo. ¿Y qué decir de los ecologistas, esos payasos inútiles que impiden a veces embellecer nuestras costas con sólidas y rentables urbanizaciones?. Por no hablar de esas mujeronas que no son mujer-mujer, sacan los pies del tiesto y reivindican una igualdad que no les favorece nada. Los policías ya se sabe, corruptos y al servicio de la conspiración permanente. Los empresarios vascos y catalanes, manipulados, como la mayoría de los medios de comunicación y de los periodistas. Del mundo de la cultura y el entertainment mejor no decir nada, ¡panda de rojos!.
¿Así pretenden ganar en 2008?. ¿O es que les trae sin cuidado 2008?

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