15 octubre 2006

Sesión de cine. El laberinto del fauno.


La semana pasada me tiraba de los pelos de la cabeza y ponía a caldo al cine español por el caso Alatriste. Pues bien, ahora tengo que dar marcha atrás –en parte- y alabar la profesionalidad de nuestros peliculeros. Por lo menos cuando se ponen a las órdenes de... un director mexicano!

Si, estoy hablando de Guillermo del Toro y de “El laberinto del fauno”. Una producción hispano-mexicana que –milagrito del Niño Jesús- pone a trabajar la máquina del cine español al servicio de un guión bien elaborado. Una historia universal: El triunfo de los débiles, de los indefensos, frente al tirano arbitrario y poderoso, la rebeldía de la imaginación frente a una realidad que nos intenta anular. Con unos actorazos que dan lo mejor de sí mismos. Con una cámara que se mueve cuando y donde debe moverse. Efectos especiales, música, vestuario, iluminación, fotografía... todo contribuye a que esta película se salga de lo corriente en la cinematografía hispana. Y es la prueba evidente de que se pueden contar historias de la guerra civil y de la posguerra sin caer en topicazos, sin aburrir a los difuntos. De que aquí también se puede hacer buen cine, siempre que se tenga algo que contar. Y un director-guionista mexicano.

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