06 noviembre 2007

Vacaciones en Italia


Itinerario: Madrid – Bruselas (1 noche) - Florencia (4 noches) – Arezzo (1 noche) – Cortona – Gubbio – Asís (1 noche) – Castiglione del Lago – Pienza – Siena (3 noches, con escapada a Roma) – Monteriggioni – Volterra – Pisa (1 noche) – Lucca (1 noche) – Bolonia – Rávena (2 noches) – Bolonia – Bruselas – Madrid.

Los hoteles: Escogidos –con mayor o menor fortuna- en el centro histórico de cada ciudad o muy próximos al mismo. Una habitación sin vistas, cutre y cara en Florencia (Le Due Fontane), aunque en un lugar privilegiado. Provinciano, un poco surrealista en Arezzo (Continentale). Espartano más que franciscano en Asís (Il Viaggiatore). Lujo y confort con vistas gloriosas de la ciudad en Siena (Il Giardino, muy muy recomendable y nada caro). En Pisa, el hotel Leonardo ocupa un edificio que albergó en algún tiempo el taller del de Vinci. Salvo eso y la simpatía de la chica de Recepción, mejor olvidarlo. No así en Lucca (Albergo San Martino), hotelito familiar, limpio, cómodo y bien ubicado. Pero los habituales tópicos sobre los horribles hoteles italianos terminan cayendo del todo en Rávena. La residencia La Reunión es un apartotel a tutiplén, donde puedes además tener el inmenso placer de ocupar las suites “Narsés” o “Belisario”. Si pillas la “Teodora”, ya ni te cuento...

El coche alquilado. Con Avis. Alfonso se encarga de la reserva y elige a lo grande. Un Ford Focus SW Tdi. Muy chulo y potente, pero poco operativo para meterte por esas calles medievales. Los empleados de Avis (We try harder, dicen...) pasan de darnos cualquier pequeña explicación, nos los dejan tal cual y allá te apañes. Yo me pongo histérico porque el asiento está totalmente echado para adelante y no consigo espacio para mis piernas (recuerdo que mido 1,95 m). Luego, con más tranquilidad, paramos en una gasolinera y descubro el resorte que desplaza el asiento. Brrrr!!!!.

Conducir por Italia: Toda una experiencia, si te gustan las emociones fuertes. Autovías sin arcén, sin apenas carril de incorporación, carreteras secundarias de la época de Julio César, proliferación de infinitas señales complicadísimas que contribuyen a la desorientación del turista despistado. Conductores suicidas. Motocarros. Cinquecenti. Motos. Bicis. Viejas cruzando la calle por cualquier sitio. Uf.